Cuando era más pequeña y algo iba mal siempre encontraba el refugio de mi habitación. Cuando quería llorar mi almohada era la que más me conocía.Entraba allí y apagaba la luz.Creo que no quería verme sufrir.Entonces ya estaba preparada para descargarlo todo.Allí estaba a salvo. Nada ni nadie podía entrar allí.
De vez en cuando alguien entraba allí.Entraba entre la oscuridad y daba luz a toda la habitación.Mi madre tenía esa virtud. Ella iluminaba mi oscuridad. Durante mucho tiempo ese fue su sacrificio por mi. Yo necesitaba que alguien iluminara esa oscura habitación donde me encerraba para llorar.
Creo que sin saberlo pedía ayuda.No quería estar allí ni un minuto más.
Ahora yo soy quien da luz a mi habitación oscura. vivo rodeada de esa luz que creé con mucho esfuerzo.Poco a poco fui saliendo de la oscuridad y aunque incluso ahora me aferro aún a ese momento ya la habitación está iluminada y brillante. Me di cuenta que nadie debía iluminarla.Solo yo podía hacerlo.
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